jueves, 15 de octubre de 2009
La partida
Una unidad de combate, un batallón completo en Arad, con cascos (calzados, en las manos, sobre el pecho), mochilas (en las espaldas, diseminadas por la ciudad, recostadas sobre muros, en pendientes de escalinatas), fusiles automáticos, cantiimploras, borceguíes. Es de noche, las ocho, más o menos, aún 14 de octubre, casi todos los soldados llenan la sala del teatro-cine y los que quedaron afuera, están a la entrada, o a la vuelta, rondando la verdulería, o más abajo, apoyados contra una pared, de cara al sótano-cabaret “Club de Amigos Arad”. La sala estalla, como si metiesen un gol. Uno, dos, tres goles, la sala aúlla
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