viernes, 23 de octubre de 2009

Aradia

Ya en la ruta a Arad, el ómnibus se detiene. Una brigada de trabajadores árabes repara el asfalto. Por la ventana vemos como un felino, no gato, asciende por un terraplén de arena y desaparece en la oscuridad del desierto.
Media hora, detenidos, en Arabia.
Dan paso, seguimos camino.

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