viernes, 28 de agosto de 2009

Mamacanta Arad

Afuera está fresco; cuando esperamosafuera, sentados en el banco de plaza de la entrada, a que Ana se abrigue, la saeñora de Guinadi y la vecina que amamanta, se disponen a enterrar a Mamagata. Ya termina, esta noche, el festival "Hay canto en el aire", y vamos, sin chances de que nos dejen entrar con la perra, al recital de cierre, con Keren Peles, en el Complejo de las Artes, estadio al aire libre. La vuelta para llegar hasta allí es tremenda, no por la distancia, que no es tanta, sino porque arrancamos en frío, a velocidad que tironea del ciático, por un camino que sube y baja lomas, y cuando llegamos, nos dicen que no, cosa que ya sabíamos. Como se escucha de cualquier parte, nos sentamoos en cualquier lado y, por más que se fuerce Kerem Peles, no supera sus cliches, y nosotros ya estamos hartos.

Amamanta Arad

Comienza así:

20 y 30, salimos de nuestro departamento, rl número dos de planta baja. En el loby, vemos a la nueva vecina de enfrente, una señora rusa pariente del encargado del edificio, sentada en un sillón, con uno de los gatitos de Mamagata en sus manos. Le da de mamar biberón, y nos ponemos contentos. Pero la señora me hace señas de silencio, y allí Ana me dice mirá, y veo a la esposa de Guinadi, el encargado, que llora en torrente. Qué pasó, exclamo, y me señala la caja de los gatitos, que abre a medias, y entrevemos el lomo tieso de Mamagata. Me retiro con Pepita hasta mi puerta. Mas tarde nos vamos a enterar de que la atropelló una "mashina", casi con señas nos hablamos con la señora de Guinadi, y con la que amamata, y con su esposo también, que viste cada día la mísma remera de caampaña con la leyenda "Líberman".