jueves, 17 de junio de 2010

Las flotillas van ganando al planetoide

En tanto, la confusión en este país tan desperdiciado para la historia, hecho a la medida de los enemigos que se inventa cada minuto, sin los cuales no puede vivir, y mata para que así sea, y si así no fuere, desfallece por inanición: yo iba a encausar este preámbulo en una idea que se perdió en el mar, desde donde vienen navegando nuevas flotillas de ayuda para Gaza. Israel planea detenerlas a todas, por la fuerza, ¿qué les van a hacer?, ¿les van a pegar, pasarles de nuevo  picana, cagar a tiros, fraguar un linchamiento, denunciar que son todos extremistas, que detrás de ellos está El Kaida, Hamas, Hizbollah, Los Hermanos Musulmanes, los turcos?  Los turcos: todo lo turco, ahora, es malo. Electrodomésticos, alimentos, indumentaria: quieren reemplazar su importación, como la Argentina de Galtieri con los productos ingleses. Manga de sicóticos, usurpadores, estafadores. Falsificadores del pueblo judío. No como los judíos alemanes que preparan una nueva flotilla para Gaza. Están desbordados de solicitudes de aspirantes a embarcar, y ya están buscando un nuevo barco, se quedaron cortos.
La cosa es que las flotillas de ayuda ganaron la primera batalla. Hoy Israel confirmó que aliviará el bloqueo a Gaza, permitirá la entrada de mercaderías por tierra, bajo supervisión  de la ONU, como en el caso del cemento, e importados muchos de los productos ahora permitidos (entre otros, los lápices de colores y las papas fritas), por las propias Naciones Unidas. Pero el bloqueo por mar continuará, y los palestinos de Gaza seguirán viviendo encerrados, aislados del mundo, salvo por la puerta de Rafíaj, que se abre a Egipto, pero cuyo flujo de ida y vuelta está estrictamente controlado, y restringido. Si alguna vez Israel llegase a levantar definitivamente el bloqueo a Gaza, irá a ser porque el mundo así lo quiso. Las flotillas son la avanzada (y, con perdón de las Abuelas de Plaza de Mayo, el Nóbel de la Paz, este año, urge que se lo otorguen a este movimiento de ayuda que ya se cobró nueve vidas), pero si no hay detrás una presión a nivel planetario para que Israel ceda, nada sucederá. Porque Israel se siente como un astro aparte, escindido del planeta Tierra y de su órbita. En su delirio, las leyes del Mundo –al igual que el desafío actual de los colonos ultra-ortodoxos, para quienes la Torá está por encima del estado de derecho--, no la tocan. Apenas, si acaso, existen los Estados Unidos de América, aunque su actual presidente no deja de serles sospechoso (¿por qué, se preguntan, su segundo nombre es Hussein?) El neo-planeta Israel se quiere llevar consigo,,encadenados a su órbita, a Gaza y los territorios palestinos ocupados de Cisjordania (satrapeados por su falso presidente Majmud Abbas). Son sus rehenes, dice, hasta que Hamas suelte, a su vez a su prisionero, el soldado Guilad Shelit, y que, por su parte, Abu Mazen (Abbas), declare de una vez que renuncia al estado palestino. Este es el verdadero sueño del auto-denominado Planeta Israel para con los palestinos.  Absorberlos, diluirlos, disolverlos. ¿Los palestinos? Nunca existieron.

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